Tal vez si te sientas y te quedas en silencio
podrías comprenderme un poco;
aunque no quiero que lo hagas
porque si lo hicieses podrías interpretar
todo los silencios que hay entre cada palabra que te digo
y sabrías mis secretos,
esos que escondo en el alma
aun cuando me ves desnuda a media luz,
esos que se quedan atorados en la faringe
a un costado de un gemido afónico
justo cuando llega el orgasmo.
Tal vez si cierras los ojos
y lees mis caricias
podrías interpretar las miradas
y los pensamientos que inundan mi cabeza
cuando me quedo dormida entre tus brazos
y quisiera asesinar el segundero
para que dejase de avanzar
y la noche jamás terminara.
Tal vez si dejas de querer entenderme
Podríamos hablar el mismo idioma.