martes, 22 de agosto de 2017

De putas

Malvivo, o eso dicen por ahí, que a mis ojos los sostienen las ojeras y su brillo lo perdí entre el humo de los bares, en el culo de los vasos donde de gente indecente ahoga sus penas. Dicen que pervierto amaneceres mezclándolos con sexo y medias rotas, pero ellos siempre hablan demasiado.
Nadie entiende y lo cierto es que tampoco lo han intentado. Tal vez un día también fui así y miré por encima del hombro a quien no era menos que yo, siquiera en altura. Pero la vida es un juego de azar y no se pueden hacer apuestas con los ojos vendados o lo terminas perdiendo todo, empezando por la dignidad.
Se va el último cliente de la tarde, la casera no tardará en aparecer para pedirme la semana. Ya suenan los nudillos artrósicos en la puerta, algún día estos techos torcidos se desplomarán y todo se irá a la mierda, ese día tal vez sea la mujer más feliz del mundo, ese día quizá la gente sienta un poco de vergüenza por haberme despreciado tanto. En el fondo esa mujer me da pena, si supiera que su marido también es cliente mío, porque yo seré puta, no lo niego, tampoco estoy orgullosa de ello, pero ella para su marido es menos que eso, porque a las putas no se nos miente.
Hace mucho que no sueño, tanto que no recuerdo cuándo fue la última vez que lo hice, quizá tenía dieciséis años y soñé con tener dieciocho, tal vez tenía dieciocho y soñé que mi talla ochenta se convertía en talla cien. No todas las niñas nacen con un mago como padre, yo lo tenía y solo tuve que soñarlo una vez para que mi padre y su billetera hiciesen que las tetas me aumentasen a golpe de bisturí, como por arte de magia. Lo cierto es que pensaba que así maduraría antes, que una se empieza a hacer mujer por las tetas, pero nadie me avisó que las cosas en la vida no funcionan así y ahora llevo un lastre talla cien que secuestra miradas, arrastra babas y me acompaña en las resacas, siquiera sirven para secar lágrimas.
Una vez tuve mucho dinero, tanto que olvidé la de cosas bonitas que se podían hacer con él y la de cosas bonitas que se podían hacer también sin él. Tanto que olvidé que en el mundo hay muchas cosas bonitas, que la felicidad no se encontraba solo en el polvo blanco que te hace volar, ni en las fiestas nocturnas. Olvidé que por el día las cosas huelen diferente a la noche, huelen mucho más dulce y más sinceras.

Estoy sola, soy mi única compañía, en realidad la compañía más sincera que he tenido nunca, porque cuando tuve amigos nunca me sentí acompañada y no hay peor soledad que la que siente cuando estas rodeado de gente. Les ves sonreír, sí, y lo fácil es sonreír con ellos, reírte de las cosas que no te hacen gracia, llorar de la risa, reír de tristeza, al final siempre era lo mismo y nadie supo darse cuenta.
A veces no recuerdo con claridad si tuve una familia o lo soñé en alguno de mis chutes. Entonces la veo, la mujer con mis mismos ojos, dicen que los heredé de ella, pero ellos siempre hablan demasiado. Un día, después de una mala noche, me la crucé por la calle, fue una de esas casualidades que propiciamos para que los encuentros parezcan suerte del destino, pero mi madre nunca creyó en los destinos, solo en los castigos, y para ella yo solo fui eso. Quise abrazarla, pero su brazo rígido se interpuso entre nosotras:
-No sé quien eres ni quiero saberlo, tampoco me importa a qué has venido. Vete, vete o llamaré a la policía, ya sabes que vendrán. No sé cómo no te da vergüenza.
Y lo cierto es que sí, que me daba vergüenza, pero cuando necesitas cariño la vergüenza es el primer sentido que desaparece. Lo mismo pasa con la dignidad, desaparece en cuanto aparece el hambre.
Pero esa mujer ya no era mi madre porque no quería serlo, así mi cargo de hija quedó relevado y con él todo el derecho a un abrazo. Me hablaba de vergüenza, en realidad es ella la que se avergüenza de mí y son dos cosas distintas, ella renunciaba a mi nombre, a mi cara, incluso a mis ojos, tan suyos.
Una vez conocí el amor, solo una vez, porque mi corazón fue arrastrado tan lejos de la realidad que ya no fue capaz de encontrar el camino de vuelta. La intensidad del amor se mide con fuerza con la que odias después y mi odio es tan grande que no consigo esconderlo ni cuando olvido.

Es miércoles. Me calzo mis zapatillas de deporte y salgo al Retiro, esta vez no espero que nadie me llame, no espero hacer ofertas, porque los lunes, miércoles y viernes a las seis son míos, tan míos que no hay dinero que me alquile. Me gusta sentir el césped bajo las palmas de mis manos, siempre es el mismo, pero nunca es igual, porque el día cada vez se viste de un modo diferente y Gabriel nunca sonríe del mismo modo.
La vida es una espiral en la que a veces se forman bucles, si te pilla en medio uno de ellos estás perdida, por más que agites las manos, por más que patalees quedas atrapado en él, como si de una tela de araña se tratase y tú eres la mosca, sí, mosca, porque podría haber dicho hormiga, pero las moscas son animales indignos por los que nadie siente lástima. En las tiendas venden matamoscas pero nunca encontrarás un artilugio llamado matahormigas, nunca.
Quiero olvidarme de todo empezando por mí, ha llegado el momento de sonreír sin alegría, de reír las penas, de nadar en los recuerdos que yo misma me he repetido una y otra vez intentando borrar esta realidad tan palpable. La aguja inyecta el veneno en mi vena, todavía no sé por qué llaman veneno a algo que te hace volar…
Ahora sé por qué lo llaman veneno, porque es una mierda que te engancha, como el pescado que te llama hasta su luz para después engullirte. Porque no importa que este chute fuese suficiente, siempre llegará el después con más necesidad.
Otra vez a abrir las piernas mirando el techo. Que se desplome, que se desplome ahora mismo y aplaste a este tío asqueroso que no hace más que llenarme la cara de babas, que nos aplaste a los dos, a él por infiel y a mi por puta, por yonki. Quiere que me corra o no me paga. Siempre la misma historia. Gemir es mentirse a una misma y no estoy dispuesta a disfrazar mi propia verdad, que el sexo es solo dinero, no placer. Al final me ha pagado y ha intentado besarme en la boca, con la misma boca con la que besa a su mujer, con la que besa a sus hijos. ¿Por qué no se habrá desplomado el techo?

Viernes. Dos clientes más y me escapo al retiro. Hay un árbol que cuida de mí. Me gusta jugar al escondite, pero lo daría todo por jugar con él y no tener que hacerlo con mi madre. Le lleva de la mano, hoy su sonrisa es tan grande que se le achican los ojos, “Gabriel, abre los ojos o no me podrás ver”, lo susurro tan bajito que ni yo misma me escucho. Corre detrás de una ardilla que imprudente bajó del árbol. Hoy sí, que cerca te tengo, si miras a la derecha me verás aquí escondida. Cuatro años que parecen siglos, tan lejos de ti y tan cerca a la vez en este anonimato impuesto. A veces tengo la sensación de que mi madre me descubre, pero deja que siga allí. ¿Cómo negar a una madre el derecho de ver a su hijo? ¿Cómo negar a una madre el derecho de ver a su hija? Lo curioso es que solo de ella siento el cariño, hasta en la bofetada que me dio la última vez que intenté acercarme a Gabriel sentí cálida su mano.
La palabra hijo es tan inmensa que no hay diccionario que la describa bien. Porque un hijo no es solo la vida que crece en tu vientre y sale de ti, un hijo es, cuando tienes ganas de morirte, la única razón por la que seguir viva. Cuando lo pienso me siento egoísta, por ser mala hija, “menos mal Gabriel que no me conoces, tú solo tienes que ser feliz con las cosas que de verdad hacen felices a la gente, no busques verdades donde solo hay vicio”.
He perdido todos los derechos, los he ido perdiendo poco a poco porque hipotequé mi vida hace tiempo. Ya nada me sorprende, siquiera el anuncio de una pronta muerte, pronta o tardía el anuncio de una muerte es como una carta de embargo sabes que va a ocurrir y más cuando no puedes pagar la deuda. Debo tanto que creo que tendría que morir doscientas veces para poder saldar mis cuentas.
Lleva toda la semana lloviendo y el Retiro sin Gabriel es como un lienzo en blanco y negro, o peor, como un lienzo sin lienzo.
Cuarenta de fiebre no es tanta fiebre cuando tienes la necesidad de un chute. No sé cuantos clientes han venido en estos dos días en los que estoy enferma, en el cajón de la mesita solo hay veinte euros y los condones casi se han terminado. No me salen las cuentas, alguien debió robarme, o quizá pagué la semana a la casera.
Me arrastro por las calles, siempre me hizo gracia vivir en la paralela a la “Calle desengaño”, al final eso es lo que te da la vida cuando no la sabes tratar. Mi camello dice que con ese dinero no voy a ningún sitio, “siempre te puedes levantar la falda” me dice, y en un rincón, en el soportal de una vieja casona me da un par de envestidas hasta que se corre.
Estoy cansada de vivir, y morir tan despacio no tiene sentido. Sigue la fiebre. Hacía tiempo que no me miraba las rodillas, se me marcan los huesos. ¿Cuánto hace que no como? Me acerco al espejo y parezco una de esas chicas que vomitan porque se ven gordas aunque sean pellejo pegado en la piel. Están enfermas, como yo, todo es lo mismo, distinto bucle en la misma espiral, buscar la salida, la felicidad en las cosas equivocadas, tener el control de algo que al final termina descontrolándote a ti. La felicidad no es tener el control de todo, sino compartir lo poco que se tiene. Ahora es difícil ser feliz porque no tengo nada ni nadie con quien compartir.
Suena la puerta. No hay nadie, una olla y una nota. ¿De quién? Un cocido para mí de la casera, en la nota dice que me aproveche y no me acostumbre, pero noto simpatía en estas palabras. No pienso aceptar nunca más a su marido como cliente, que se busque a otra ese cerdo.
Miércoles. Ya no tengo fiebre, pero me cuesta respirar. El cocido me duró dos días, frío también estaba bueno y lo mejor es que no lo vomité a pesar del mono. Di las gracias a la casera, es buena mujer aunque nunca hablemos. Retomo las costumbres que me mantienen viva y vuelvo al Retiro. Llegan Gabriel y mi madre que de nuevo me ve, pero me sigo escondiendo, “la vergüenza mamá, sí la siento, la siento tanto…y tu dolor también”. Suelta la mano de Gabriel que sale corriendo hacia el tobogán, ella me mira y viene hacia mí. La miro a los ojos y es como encontrar mis propios ojos en un espejo. Me habla pausada, con arrugas en la frente, ¿serán los años o la preocupación? Una mezcla de todo. Me dice que estoy demasiado delgada, me pregunta si como, si necesito dinero o algo. Si supiese que el dinero no sirve para nada, que sin dinero el cuerpo sirve de chivo de expiación, su supiera que su hija es puta, si supiera que soy de todo menos hija, menos madre. Entonces miro a Gabriel que sigue jugando en los columpios y ella le llama con un grito que me asusta, no porque grite, sino porque le llama para que venga. Le veo sonreír un metro más abajo, justo a la altura de mi cintura y me rodea con sus brazos. “Me has llamado mamá y me siento más viva que nunca” tanto que lloro de alegría, no sabía que de alegría también se llora o si lo sabía y se me ha olvidado con el tiempo, “sí, porque cuando naciste también lo hice”. Me siento con él en el césped y echamos bizcocho a las ardillas. Mi madre me dice que vuelva a casa con ellos, que si quiero me puedo rehabilitar, que estando cerca de Gabriel todo es más fácil y yo le digo que con Gabriel todo es posible porque es un niño mágico. “Mañana iré a casa mamá, mañana vuelvo a casa”, y dice que vendrá a por mí, en cuanto salga el sol vendrá a buscarme a la pensión. Estoy tan feliz que se me olvida que llevo todo el día sin poder respirar.

Las cosas nunca pasan cuando las esperamos, pero siempre hay que dar las gracias por que al menos pasen. El miedo es una barrera demasiado fuerte, a veces tanto que deja que el tiempo pase mientras nosotros nos quedamos sentados viendo desfilar las oportunidades que merecen la pena. Nunca he sido valiente, ni lo soy.
No consigo respirar, debe ser la emoción eso que me oprime el pecho, eso y la gripe tan fuerte que he pasado. Cojo la carta que recibí hace un par de meses, el diagnostico es claro “VIH positivo”, no me jodas, ahora no. Estoy convencida de que son secuelas de la gripe, mañana estaré bien, me voy a curar, yo lo sé, sé que me voy a poner buena y veré a mi niño crecer. Vuelvo a mirar la carta, desde que la recibí hasta hoy la he mirado mas de mil veces esperando que alguna de ellas, al sacarla del sobre el resultado haya cambiado. Las consecuencias siempre llegan detrás de los actos, es como la condena para el preso, siempre tiene que cumplirla aunque no siempre sea lo justo. Pero yo sé que me voy a poner buena, lo sé porque Gabriel me ha abrazado, porque mi madre, después de mucho tiempo me ha vuelto a mirar a los ojos y entre su preocupación la he visto sonreír.
Amanece y veo mi cuerpo tendido en la cama, mucho más delgado de lo que se veía en el espejo. Llega mi madre, toca a la puerta pero no me levanto, no me puedo levantar. Es curioso ver la escena desde una tercera perspectiva. Se abre la puerta, la casera y mi madre entran en la habitación. Sí, me he muerto, pero no te preocupes mamá, porque no me podía haber pasado en un momento mejor. Siempre pensé que me moriría en la calle, en un portal donde me encontrarían los municipales, llevando mi cuerpo a un depósito de cadáveres donde nadie iría a reclamarme, una puta más, o que me moriría en esta habitación pero me encontrarían al tiempo, cuando la casera viniese a cobrarme la semana y ya cansada de tocar a la puerta abriese y me encontrase en mal estado. Ahora sé que me quieres, que todo este tiempo te preocupaste por mí y sobre todo por Gabriel, por eso querías mantenerle alejado de mí. No llores mamá, no llores.
Al final no se desplomó el techo de la habitación, los infieles siguen buscando putas en la “calle desengaño”, ellas siguen buscando con qué llenar ese vacío que solo llena el cariño, Gabriel se sigue haciendo grande y yo ya no puedo verlo, pero mi madre le cuida, sé que ella hará de él un hombre y que mi experiencia le servirá para no cometer mis mismos errores.
Algunos dicen que me morí de sobredosis, otros que fue el sida lo que acabó conmigo, tal vez fue una mezcla de todo, pero lo cierto es que ellos siempre hablan demasiado.

viernes, 30 de junio de 2017

Mi vida despues de mi

Es tan extraño sentirme tan bien.... Viví siete años a lado de un hombre que no amaba, con el que me sentía sola, sin amor, no valorada... Aún no entiendo cómo tuve el valor ese día de tomar mis cosas y salir de ahí, sé que muchos dirán por qué no lo dejaste si no lo amabas? Por qué no quería estar sola, no me daba cuenta que estaba más sola a su lado me marchitaba poco a poco, ahora simplemente río de cualquier cosa, he muerto a lado del hombre que juro amarme y cuidarme siempre, sus caricias eran golpes, sus te amo insultos, el hombre de mi vida (que pensaba en ese momento que lo era) se convirtió en mi verdugo.. un día me cance, agarré  a mis maletas y salir  de ahí Sin mirar atrás... Sali huyendo de esa casa prometiéndome no volver, ahora volví a renacer... Río nuevamente a carcajadas y me he enamorado nuevamente, que pasará? No lo sé, tal vez me vuelvan a romper el corazón que es lo más seguro, pero amo como me hace reír y disfrutaré esos momentos ....

martes, 27 de junio de 2017

Maldita sea

Vuelve la maldita ansiedad... La odio en verdad ... Me enamore... De nuevo jajajaja y ahora tengo que desenamorarme... Así que consulte con mi mejor amiga a ver si ella sabía cómo te desenamoras... Dijo que me decepcionara, eso ya sucedió y ahora solo quiero gritar, llorar solo quiero dejar de sentir esto ... Me encantaría desenamorarme como la gente normal pero me duele más de lo normal, solo sacaré todo y el no estará para hacerme reír por que es muy difícil que alguien se enamore de mi ....

Solo me queda el recuerdo.... De aquella noche que estuve con el.... Lo pude abrazar y besar... Solo queda eso...

sábado, 24 de junio de 2017

Te estoy queriendo tanto

Te estoy extrañando tanto, lo raro es que a penas se tu nombre, sin embargo amo hablar contigo, cuando lo hago vuelvo a ser esa niña de 13 años, vuelven los cielos rosas y las mariposas en el estómago, vuelvo a sentirme viva y con ganas de tomarme del cuello y no soltarte más, quiero que te enamores de mi, de mis berrinches, de mis días alegres, de mis lágrimas, por qué te estoy queriendo con todo el corazón....

Estoy extrañandote tanto que repaso una y otra vez tus mensajes para llenarme de ti, para olvidar que no estás conmigo, me he imaginado sin fin de veces como sera despertar en tus brazos, a que saben tus labios, he añorado perderme en tus ojos
.. tengo miedo de un día despertar y no encontrar tus buenos días.... Sé que eso sucederá pero es más fácil no pensar en eso para no volver a la oscuridad...

martes, 13 de junio de 2017

Crisis

Vuelve esa sensación de vacío...
regresan las ganas de salir corriendo,
siento como las lágrimas se soman nuevamente,
me paralizó,
me quedo nuevamente mirando
cómo se derrumba frente a mi
y no puedo hacer nada,
una tormenta se avecina,
siento como mis demonios
se despiertan
gritando dentro de mi cabeza
una y otra vez...

Soy su marioneta,
simplemente me quedo esperando
a que me muevan a su antojo,

he olvidado que es tener un día tranquilo
una noche sin insomnio,
cómo se siente una sonrisa sin fingir...

Me he perdido...
he jugado un papel diferente cada día,
mis alas se han rasgado
el camino amarillo se ha perdido
y las zapatillas rojas siguen en el clóset

mientras sigo aquí
escuchando a mis demonios
sin fuerzas para pelear con ellos
apagandome lentamente
sin ningún sueño que seguir...

lunes, 12 de junio de 2017

Uno mas....

Me enamore?... No lo sé, pero realmente me hacía feliz recibir sus mensajes de buenos días, escuchar su voz o verlo en una videollamada... Pero como era de esperarse eso termino, así como un día solo comencé a hablar con el día y noche, así también dejó de hacerlo, tiendo a hartar a las personas, las asfixio tanto que simplemente se van y así sucedió... Volví a mi realidad....

Máscaras

Me he cansado de usar una máscara diferente cada día, cual usaré mañana? .... La de la intelectual, la ingenua, la tonta, la sumisa, la optimista, la puta, la santa, la buena, la mala, etc... Etc... A veces quisiera dejar de usarlas pero la gente me mirará tal y como soy... Pero.... Quien realmente soy?... Me he cansado de ser lo que la gente quiera... La hija perfecta, la pareja ideal, la madre devota, pero no... No soy así simplemente no sé que realmente quiero....

sábado, 27 de mayo de 2017

Odio

La sangre me hierve.... Quiero decirte cuánto te odio y todo el daño que me hiciste, y solo el verte ahí con tu risa irónica y tú sarcasmo al hablarme mis demonios comienzan nuevamente diciendo que te abofete para borrarte esa sonrisita... He soñado muchas veces como terminar contigo, como hacerte sufrir, como vengarme de cada herida que me hiciste... Se podría decir que te odio y que el día que mueras será el más feliz de mi vida festejare el resto de ella, sigo aquí tratando de controlarme de no destrozarte con mis propias manos y terminar contigo de una puta vez... Fuiste mi verdugo y después de 7 años perdidos a tu lado eres lo único de lo que me arrepiento.... eres el mayor error de mi vida... Solo quiero que te largues y no volver a verte....

miércoles, 24 de mayo de 2017

Solo yo

Quiero salir corriendo
gritar por toda la avenida
despertar a los vecinos
no me importa....

Quiero llorar hasta quedar dormida
sin que nadie me diga
que tengo motivos para reír
quiero sentir sin tener que aparentar
sin tener que usar una cara diferente
a lo que estoy viviendo
quiero por una maldita vez en mi vida
ser aceptada y que nadie quiere cambiarme

Quiero simplemente ser yo...
sin ser juzgada, rechazada,
menospreciada....

Simplemente ser yo..
con mi locura y mi torbellino
con mis perjuicios y miedos....

sábado, 6 de mayo de 2017

Reinicio

Vuelvo a dormir y no despertar en la madrugada temo decirte que no te extraño y mucho menos te amo, los golpes las humillaciones y los malos tratos mataron cualquier sentimiento hacia ti, no me dueles, es más mi hijo es más feliz lejos de ti, tantas veces que dudaste que fuera tuyo y las veces que le dijiste que no era tu hijo el se la terminó creyendo y ahora tú no eres nadie para nuestras vidas... Te dije que algún día te dejaría ir y así fue, te deje ir y ahora no significas nada para nosotros solo un mal sueño que terminó, anoche mientras dormía mi bebé se carcajeaba hace mucho que no lo hacía, es más he dejado de fumar de nuevo, todo vuelve a lo de antes, antes de ti, antes del infierno, sola con mi hermoso hijo a lado y mi mejor propósitos es hacerlo feliz y darle esa familia que tú le negaste... No estoy triste, al contrario vuelvo a tener ganas de vivir.... Me he liberado y ya no puedes dañarme .....