Mundo Raro...

Aún… después de 25 años sigo esperando un amor de cuento de hadas, un vivieron felices para siempre, así que nuevamente me acerco al estanque a buscar mi sapo que se convertirá en príncipe… lo beso… pero no es un príncipe, es un simple sapo baboso… y mi caballero me espera con casco en mano sobre una moto negra, tal vez luchemos contra el dragón esta noche, o quizás… matemos a la bruja y liberemos a la princesa de la torre… o… tal vez… sólo me bese y me convierta en rana…

strati di sentimenti

- ¿A cuentas mujeres has amado desde que me olvidas?
- A demasiadas.
- Apuesto mi culo que no recuerdas a ninguna de ellas.
- Tendrás que darme tu culo, por que te equivocas, todas tenían una cosa en común.
- Y, ¿Qué era?
- Ninguna era tu.
- ¿Me abrazas?

Solo due

Cuéntame cómo detenemos el tiempo
y dejamos que esta noche sea eterna,
yo te enseñaré a jugar con las estrellas
y pedirles deseos a los trenes de la estación;

enséñame a hablar con las caricias
y dejar de verborrear en el vacío
sin decir nada…
yo te enseñaré a hacer el amor
sin tocarnos
sublimemente en silencio;

enséñame a mirar en tus ojos
y hazme sentir;
te enseñaré a amar
y a sentir la felicidad;

júrame amor eterno
hazme olvidar de él,
que en esta habitación
se acabe el mundo
y sólo estemos los dos.

Ragnatele del passato

Anoche volví,
volvimos
y jugamos a querernos
la madrugada entera,
me comiste a besos
jurándome amor,
prometimos vernos nuevamente
en silencio,
no querías que amaneciera,
pero la vida es caprichosa
y no nos da gusto
así como así;
así que se termino el sueño
con el alba
y volvimos
a dejar las caricias de lado.

Pero aun tengo tus dedos marcados
en mi piel
con el recorrido de la noche;
y volví,
volviste al silencio
mientras duermo con el.

Sin Censura

Y él estaba ahí, enfurecido, la sola idea de pensar que yo podría haber estado con alguien más lo estaba matando, me miraba como si quisiera comerme con los ojos y enseguida golpeaba la pared, simplemente le sonreía, ese encabronamiento me excitaba y sentía como mi vagina comenzaba a palpitar, así que comencé a tocarme por encima del pantalón, el daba vueltas en la habitación como un león enjaulado, de vez en cuando me miraba y se tragaba las palabras, maldecía en algunas ocasiones y yo sentía como empezaba a lubricarme, me grito – ¡¡¡¡Sos una zorra, una puta!!! – se me erizo la piel, soltó una patada a la puerta, los celos lo estaban carcomiendo por dentro y yo sólo quería que me penetrara, el color de su piel parecía que se había pintado de color carmesí y las venas de su cuello saltaban, su pelo estaba humedecido por su propio sudor, su camiseta estaba mojada, tan mojada como mi vagina, así que tomo la lámpara y la arrojo contra la pared, sentí como mis piernas temblaban, mi corazón palpitaba a mil, las mariposas revoloteaban en mi estomago y algo explotaba en mi entrepierna. Me levante, me puse frente a el y le dije “follame”, me tomo por los hombros y me arrojo a la cama, enseguida se abalanzo sobre mi, me tomo de las manos y las puso contra la cama y me dijo – ¿Quieres que te folle como tu amante?- me tomo las dos manos con su mano izquierda y con la derecho se desabrocho el pantalón y saco su pene, lo froto en mi vagina, me abrace a su cuello y le susurre “Te Amo”, él seguía maldiciéndome y yo me sentía más excitada, me quito el pantalón y de un jalón las bragas, puso mis piernas sobre sus hombros y me penetro, mi cuerpo se retorció de placer, le arañe la espalda y el seguía mirándome con odio y amor, pero yo lo amaba, así que se aferraron mis piernas a su cintura, y grite, tan fuerte como el amor que siento, para que todo el mundo se entere sin censura.

Sin alas

El último poema que escribí
lo empeñe en el bar de la esquina
por una botella de Vodka
es la botella más costosa que he tomado
y tuve que quedarme
solamente con versos como estos,
que terminaran
en el cesto de la basura,

olvidados como aquel chico
con el que pase esa noche
al que le regale
mis piernas
a cambio de unas alas
menos rotas que las mías;

y tengo que volver a aprender
a volar
sin caer en el asfalto
a media noche.

Ofrezco mis servicios.

Ofrezco mis servicios, decía un anuncio pegado en la tienda de Don Juan. -Servicio, hum!!! – Pensé - Eso suena como a sexo- El anuncio traía un teléfono, así que lo anote, siempre la morbosidad ha sido unas de mis perdiciones. Me metí a la tienda, compre huevo, jamón, tortillas de harina, y queso Oaxaca, se me venía a la mente ese anuncio, quizá también debería poner uno y dejar de coger gratis, ¿como sería?, tal vez tendría que cerrar los ojos por que llegaría todo tipo de personas con el anuncio. – Aquí esta niña – Me dijo Doña Amelita, con una cosa rara en la cabeza, me le quede mirando descarada y detenidamente tratando de encontrarle forma a esa cosa que traía, tenia forma de cono, pero era su propio pelo, vaya que hay personas raras en esta vida, ahora mi atención estaba sobre la cabeza de la Vieja Amelia y no en el anuncio.

– ¿Algo más?
– No, gracias, ¿Cuánto es?
– Sesenta pesos – Le di un billete de cien y me devolvió el cambio.

“Ofrezco mis servicios”… esa frase venía caminando en mi cabeza desde que la leí, claro la vieja Amelia había hecho que se fuera con su peinado tan peculiar, en realidad nunca había visto ese peinado, ni en las pasarelas más extravagantes, la vieja Amelita tenía su propio estilo singular, pero nuevamente me azoto la oración del anuncio, y tenía curiosidad de saber que servicios ofrecía, y como Amelita se había prestado a poner ese anuncio en su tienda, tal vez Amelita y Don Juan tenían una vida sexual demasiado ah!!!!... no, no, no, vaya que todo esto es tan raro, pero era gracioso el imaginar a los dos viejos escogiendo pareja en un bar Swinger. Llegue a casa, metí todo a la nevera, el hambre se me había ido, tenía una misión ahora, saber que quería decir el anuncio y por que Amelita estaba involucrada en todo esto, así que marque y me contesto una chica con voz sexy, al solo escucharla dije “esta es una puta”.

- Ehm!!! Leí tu anuncio en la tienda de Don Juan, pero quiero saber en que consiste tu servicio.
- Bueno el servicio consiste en un masaje relajante, ya sea en tu domicilio o en el mío.
- Y ¿eso es para mujeres, o también hombres?
- Para ambos. – Lo sabia es una puta.
- Si te interesa tengo libre la tarde. – Whatt??
- Ehm, déjame pensarlo, espero tu tarifa no sea muy alta.
- Son $300.00 por el masaje.
- Ok, te llamaré.

Demasiado tentador la oferta, pero… no, no, no, mejor me iré a comer algo.

Whatt?

Mi madre me dijo, muy seria y consternada:

- Hija, ¿no será que eres ninfomanía?

Así que pensé en decirle que si, tal vez así no dirá nada si me acuesto con quien quiera, diría – Hay mi hija, es que tiene sus necesidades – O quizá me llevaría con el medico y se daría cuenta que no soy ninfomanía, solo una puta…

- Hay mamá, no lo sé tendría que preguntarle a un doctor.
- Mañana te sacaré una cita con el médico.
- ¡Mierda!