martes, 19 de abril de 2011

I

Si fuera tan fácil como arrancarse la piel


y con ella tu recuerdo,

tan fácil como mirar al sur

y que mis piernas no tratasen de correr,

tan fácil como vomitar los versos

y quemarlos en la chimenea

junto con tu nombre

para que todo se vuelva ceniza.



Si fuera tan fácil olvidarte

lo hubiera hecho antes del amanecer,

sin embargo…

sólo abrace tu almohada

impregnada de tu aroma…

justo cuando cerrabas el portón.