miércoles, 21 de abril de 2010

Crónicas del subconciente (II)

11.58 pm .- ¿En que punto del camino me equivoque?, ¿En que momento tropecé en el andar? Hasta tengo miedo de mirarme en el espejo por que no me reconozco, pero ya mis piernas andan por si solas, saben el camino que deben de seguir aun en contra de mi voluntad, pero aún no encuentran el camino de regreso, hasta estas calles me son más familiares que los lunares en mi rostro, ¿En que puto instante todo cambio?... He olvidado todo antes del whiskey y el sexo, así que vuelvo a donde todo comenzó, a la misma casa que no ha cambiado siquiera de color la fachada…

- ¿Qué haces aquí afuera parada?
- Esperando a que regresarás.
- Y ¿El duplicado que te di?
- Lo extravié en algún bar o quizás este entre el basurero que tapiza el suelo de la casa.
- Siempre igual contigo… anda, pasa que la noche es fría.

Este lugar es más concurrido que la palma de mi mano.

- ¿Qué es lo que piensas?
- Nada
- Siempre la misma respuesta
- Es la única que existe, tal vez por eso es la misma
- ¿A que has venido?
- A tratar de entender y encontrar respuestas.
- ¿Qué es lo que quieres entender?
- Por que aún sigues preguntando a que he venido si siempre terminas sabiéndolo en la cama.
- Eso es lo único que te importa, ¿no es así?
- Es lo único que podría conseguir de ti.
- Y por que no dices que es lo que quieres de mí.
- Tal vez por que jamás podrías dármelo.
- Sabes que no entiendo tus dobles sentidos y mucho menos tus insinuaciones.
- Lo sé, aún no aprendes a leer entre líneas.
- O, quizá tú no aprendes a hablar claramente, siempre con tus rodeos, cuando sabes que es mejor decirlo de frente.
- Y ¿Qué caso tendría? No conseguiré nada de ti, sólo migajas, así que me evito la molestia y espero recibir algo.
- ¿Has comido algo?
- No.
- ¿Cuanto llevas sin probar bocado? ¿una semana o meses?
- Lo he olvidado.
- Te serviré algo de cenar.
- ¿Me das un beso?, eso sería suficiente.
- Recuéstate en lo que te preparo algo de comida.

¿Por qué sigues preocupándote por mi?, quizá nunca lo sepa, pero tus ojos me dicen más que las palabras, sé que me amas tanto como yo a ti.

- Y cuéntame, que has hecho en este tiempo que te desapareciste, pensé que te había pasado algo.
- Vagar, beber, dormir, coger, lo usual.
- Lo mismo de siempre.
- ¡Exactamente!
- ¿Cuándo sentaras cabeza mi niña?
- Cuando los elefantes rosas vuelen.
- Ja!, lo sabía.
- ¿Me extrañaste?
- ¿A que viene la pregunta?
- Curiosidad de gato.
- Si, te extrañe. ¿tú me extrañaste?
- En las noches frías si. ¿Podemos ir a la habitación?
- ¿No tienes hambre?
- Si, pero de otra cosa.

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